Cuando el Monseñor McGrath construyó este templo hace cincuenta años, una imagen favorita era el pelícano. Está representado en el vidrio de la entrada y una escultura de madera bajo el altar de la capilla de la Ailbe House. Según una creencia Antigua, la pelícana permitió herir su propio pecho para que sus crias alimentaran de las de sangre que cayeron. Ella es una imagen de Cristo, especialmente en este día de su crucifixión.

¿Por que tenemos que recibir su sangre, dejar que caiga sobre nosotros? Quisiera ofrecer otra imagen. En Tacoma se puede ver algo maravilloso – el “Tacoma Narrows.” Es una apertura enorme entre la ciudad de Tacoma y la Penisula de Kitsap. Un puente elegante va de un lado al otro. Sí no estuviera allá, sería imposible cruzar solo. En una forma semejante hay una brecha entre el hombre y Dios. Somos creaturas; el es nuestro Hacedor. Somos pecadores; él es todo santo. La cruz de Cristo es como un puente que hace possible que vayamos al Padre.

Durante el Triduo Pascual Jesús quiere llevarnos al Padre – por medio de su cruz. Los acontecimientos que celebramos – su muerte, sepultura y resurrección – sucedieron en una fecha que podemos determinar. Son eventos históricos. Pero ellos no Solamente sucedieron en el pasado – siguen en el presente.

Vamos a expresar esta realidad en una forma linda. Mañana la iglesia estará abierta y habrá una estatua de la Virgen vestida de luto. Los que quieren, pueden venir parar expresar sus condolencias a la Madre de Jesús. La Pasión de Jesús – y la compasión de la Virgen – siguen hasta la eternidad.

Esta noche, al venerar la cruz, nos ponemos con María y Juan. Pedimos ser renovados en la sangre y el agua que viene de su costado.

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