Quisiera comenzar con algo de Gilberto Chesterton, un autor inglés que escribió cuentos magníficos, pero también era famoso por hacer cosas excéntricas. Era un hombre grande – en altura y anchura. Siendo tan gordo, llevaba un abrigo en el cual podía esconder muchas cosas, incluyendo una pistola larga. Cuando alguien se quejaba, “mi vida no tiene valor. Estoy cansado de ella. Me gustaría morir no más,” Chesterton sacaría la pistola y le diría:

“Esta bien. Déjame ayudarte.”

Después de recuperarse del choque, el hombre se daría cuenta, “Pues, quizás tengo unos motivos para seguir viviendo.”

Unas personas vienen a la iglesia el Domingo de Pascua buscando un motivo para vivir. (No se preocupen. No voy a sacar una pistola.) Quisiera ofrecerles lo que Pedro ofreció en su sermón pascual. Lo hemos escuchado en la primera lectura de Hechos. Dio un resumen de la enseñanza, milagros, pero más importante la muerte y re-aparición misterioso de Jesús. Concluyo con estas palabras:

“Cuantos creen él reciben, por su medio, el perdón de los pecados.”

Si quieres un motivo para vivir el primer paso es reconocer que eres libre. No estoy refiriendo al hecho que vivimos en país libre, sino algo mucho más importante: que puedes escoger entre el bien y el mal.

Algunos imaginan que nuestros genes, nuestra heredad nos predetermina. Dicen: “Era mi genio irlandés.” O “mi sangre latina.” Quizás. Pero, ¿No hubo un momento que podías haber evitado decir lo que dijiste o hacer lo que hiciste? No es totalmente la culpa de tus papás, o tu esposa, o tu padrón. Seguramente, tu tienes circunstancias especiales, pero profundamente en tu ser puedes decidir que camino tomarás.

Podemos escoger cosas bellas – amor, compasión, familia – pero como Pedro nos dice, también hemos escogido mal. Nuestras malas decisiones, nuestros pecados han puesto a Jesús en la cruz.

Sin embargo – y esto es la parte asombrosa – ahora está vivo y nos ofrece perdón. Sin costo. Gratis.

Un ministro evangélico dice que cuando pregunta a católicos practicantes como esperan ir al cielo, solamente treinta por ciento aun mencionan a Cristo. Dicen cosas como, “Trato de vivir una vida buena y decente,” o “trato de ser amable con todos.” Hay demasiado yo no hay suficientemente Cristo en esas respuestas. De todos modos, trata de ser amable y vivir una vida decente, pero reconoce que ninguna obra buena puede salvarte – solo Cristo crucificado y resucitado.

Eso es lo que anunciamos, particularmente en Pascua: Jesus murio por nosotros y ahora vive. No como un espíritu sin cuerpo, sino cuerpo y alma, humanidad y divinidad. Y que ahora tu tienes algo – o mejor dicho, Alguien – como motivo para vivir. Quiere que lo recibas en fe y en los sacramentos.

Yo sé que esto es mucho para absorber en una sola vez. No se preocupe si esta mañana tienes solamente un poco de fe. En la Iglesia Católica, Pascua no es solamente un día, sino siete semanas. Regrese el próximo domingo. Tienes algo – y Alguien – como motivo para vivir.

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