La Mensajera

(Homilía para Tercer Domingo de Adviento, Año A)

Tenemos un problema este año. El Tercer Domingo de Adviento – Domingo Gaudete – cae el 12 de diciembre, que es la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Litúrgicamente, las lecturas y oraciones de Adviento toman precedencia. No obstante, muchas personas son devotas a la Virgen de Guadalupe: para comenzar, casi todo mexicano y muchos hispanos de otros países – pero también muchos gringos hemos llegado a querer profundamente a Nuestra Señora de Guadalupe.

Los obispos han sugerido una solución. Una parroquia puede ofrecer una misa en honor a Nuestra Señora de Guadalupe el día sábado o lunes – y hoy honrar a la Virgen Maria con un himno, unas peticiones y la homilía. Eso propongo hacer.

No requiere mucha ingenuidad para conectar las lecturas de hoy con las apariciones de Maria a Juan Diego. El evangelio habla de un “mensajero” enviado para preparar el camino de Cristo, el Mesías o Salvador. Juan cumplió aquel papel en Palestina, pero, como el Papa Juan Pablo ha notado, María fue la mensajera de Jesús a los pueblos de América.

Todos sabemos que los españoles y portugueses llegaron a las Américas fines del siglo quince. Llevaron con ellos una devoción profunda a Nuestra Señora. Ella tuvo un papel significante en la evangelización del Mundo Nuevo. En 1531 ella apareció a un hombre llamado Juan Diego. No quiero decir mucho sobre él porque los documentos estudiados en el proceso de su canonización presentan un retrato más desarrollado de el. Antes yo entendía que era un viudo pobre, sin hijos. Pues, su esposa había fallecido antes de las apariciones, pero es probable que tuvieran uno o más hijos. Además parece que no era un “campesino” sino en algún sentido parte de la nobleza azteca.

Sin duda vamos a aprender más sobre San Juan Diego mientras los historiadores estudian la evidencia temprana.* La evidencia más importante es la tilma misma – el manto sobre lo cual recibió la imagen de Nuestra Señora. Muestra la cara de una mujer joven con una mirada humilde y compasiva. Sus manos están juntas en oración y bajo de ellas hay dos cintas negras que representan el embarazo. Ella es mensajera de Jesús al pueblo del Mundo Nuevo. Pero es mucho más que un mensajero como Juan el Bautista. En un sentido, ella es el mensaje. Lleva dentro de sí el Salvador.

Este domingo prendemos la tercera vela de la Corona de Adviento. El color contraste con las tres velas morados. Su color rosado significa regocimiento. Nuestros antepasados cristianos designaron hoy como “Domingo Gaudete” es decir, ¡Alégrense! Con el nacimiento próximo de nuestro Salvador – y la imagen bella de su madre – tenemos mucho motivo para hacerlo.

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*Por ejemplo este de Andrés de Tapia, 1560:

"para primer obispo de Tenochtitlan al ilustrísimo Señor Don Fray Juan de Zumárraga, a quien se le apareció la Santísima Virgen de Guadalupe estampándose en el ayate de Juan Diego, indio del pueblo de San Juanico, sujeto a Tlaltelolco, el día doce de diciembre…"

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De los Archivos (Homilía para Tercer Domingo de Adviento - Año A):

2010: De Desesperacion a Alegria
2007: No Murmuren
2004: La Mensajera
2001: La Esperanza Alegre

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