Mensaje: Uno murio por todos. Entonces el amor de Cristo nos apremia.

Esta es la tercera homilia en la serie, "Por El." Vamos al Padre por el - por Jesus. La primera enfoca en la presencia de Jesus en la Eucaristia - el pan y vino que se convierte en su cuerpo y sangre, En la segunda homilia aprendemos que Jesus es el Reino - en su persona. Por eso San Pablo dice que prefiere salir del cuerpo y vivir con el Senor.

Hoy San Pablo revela que ese deseo es lo que impulsa su vida. "El Amor de Cristo nos apremia," nos dice. Tu y y no somos San Pablo, pero en algun nivel sentimos ese impulso. Como mencione en homilias anteriores, la encuesta Hacedores de Discipulos indica que 40 por ciento han encontrado a Jesucristo y estan creciendo como discipulos. Y que para 41% la relacion con Jesus es la relacion mas importante en su vida. Cuatro de cada cinco feligreses hablan del impulso poderoso de Jesus en su vida.

No obstante, algunos estan vacilando. Quizas se siente como los discipulos en el evangelio - en medio una tormenta. Tal vez preguntandose, "Dios se preocupa de mi?"

Te pido hacer esto. Trata de encontrar un momento de silencio. Apaga los aparatos electronicos. Hacer la gran pregunta: Quien es el? Ser mas especifico: Que tal si Jesus no es solamente un personaje historico sino todo - el reino de Dios en su persona? Y si la hostia - aquel pan sin levadura - realmente es el cuerpo y sangre de Jesus?

Requiere un poco de valentia, pero decirle directamente: Quien eres tu? Por favor, muestrate a mi.

Darse cuenta que no estas solo. Otros han llegado a la conviccion, como dice San Pablo, que "uno murio por todos." Que Jesus murio no solamente para la humanidad sino por ti personalmente.

Por eso el amor de Cristo apremia. No significa que somos perfectos. No se de ti, hermano, pero todos los dias lucho con pereza espiritual, colera, avaricia, lujuria, envidia, gula - y soberbia. A veces me fallo, pero quiero que esos impulso - aun esos pecados - no me definan. Y te definan a ti. Uno murio por todos. Entonces el amor de Cristo nos apremia.

Pienso en un gran abogado que se hizo santo. El Rey Enrique Ocho lo condeno por no afirmar su divorcio y segundo matrimonio. Cuando estaba en la carcel esperando la muerte - una muerte que podia incluir mutilacion y otras torturas - le escribio a su hija, Margarita. "Meg," le escribe, "Nada sucede si Dios no lo permite. Y estoy convencido que suceda lo que suceda, tan terrible que parece, es realmente para el bien."

Tal vez Santo Tomas Moro escucho un voz, como en el evangelio de hoy: "Por que tenian tanto miedo? Aun no tienen fe?" Tu y yo tambien podemos escuchar esa voz y experimentar algo de la maravillas de los discipulos. Y decir, "Si, el amor de Cristo nos apremia." Amen.

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