La Autoridad de Jesús

(Homilía: Ascensión de Jesús)

Hoy es domingo de la Ascensión del Señor. En el credo decimos que Jesús "subió al cielo y esta sentado a la derecha del Padre." San Agustín meditó sobre estas palabras y llegó a una conclusión quizás chocante: Si Jesús es nuestra Cabeza y nosotros somos miembro de su Cuerpo, entonces donde la cabeza está, el cuerpo necesariamente tiene que estar. Según San Agustín si estamos en el estado de gracia ¡ya estamos en el cielo con Jesús!

Es difícil mantener esa perspectiva. Vivimos en un mundo de consumismo. Lo que importa es el dinero, la salud, las cosas materiales. Siempre me acuerdo una conversación con el arzobispo Hunthausen. El había visto una película en que el mundo iba a terminar en media hora. "Lo que me sorprendió," nos dijo, "es que a pesar de estar cerca a la muerte, nadie mencionó a Dios, la vida futura o el arrepentimiento. Lo más cerca, un hombre que dijo ¡me da pena que nunca aprendí a nadar!"

Ojala que no sea así con nosotros. Espero que en el momento de la muerte que yo tenga tristeza por mis pecados--no por el hecho de nunca haber ido a Cancún. Pero el mundo tiene este horizonte limitado. Piensa en vacaciones, carros, sueldos, pero pocos piensan en las cosas realmente importantes. Quizás han oído del naufragio del barco el Titanic. Los pasajeros se preocuparon de la comodidad, de ser primera, segunda o tercera clase. Consideraban que nunca podían hundirse. Así somos nosotros. Pero, hermanos, esto puede ser seguridad falsa. El fin quizás está muy cerca. ¿Estoy preparado?

El domingo de la Ascensión es el momento de despertarnos. San Pablo nos dice que debemos levantar los ojos de las preocupaciones de esta vida para ver a Jesús sentado a la derecha del Padre. Estar a la mano derecha significa autoridad. ¿He aceptado la autoridad de Jesús en mi vida? Algunos piensan que se salvan por ser sincero y amable. "Seguro que el va a ir al cielo. Es un buen muchacho." Pero la sinceridad es muy barata. Hitler era un hombre sincero--y mató a millones de personas.

Es fácil ser amable cuando todo me va bien. Hay personas que aparecen muy simpáticas, pero si alguien les contradice hay una explosión. A veces con palabras bien feas. No debemos confiar en nuestra propia amabilidad. No nos salvará. La única cosa que puede salvarnos es si dejamos que ponga su bandera en nuestro corazón. Pero no tengas miedo: Jesús aceptará el más pequeño acto de rendimiento. Sin embargo, al final de las cuentas El quiere reinar sobre todo aspecto de nuestra vida. No podemos escoger los mandamientos que queremos seguir.

Me hace recordar de un padre que daba una misión en una pequeña parroquia. La congregación participaba con entusiasmo, especialmente un hombre en la primera banca. El primero habló en contra de todos los pecados sexuales: el adulterio, la fornicación, la pornografía. Y cada vez el hombre decía, "Bien dicho, padre." Luego predicó en contra de ellos que van a los casinos para malgastar el dinero familiar en juegos. Otra vez, "bien dicho, padre." Finalmente el sacerdote habló de los peligros de alcohol, como destruye a muchas personas y les abre a todos los otros pecados. El hombre se calló. Finalmente se paró y gritó, "Basta, padre. Ahora estás imponiendo."

Así somos todos nosotros. Hay mandamientos que queremos aceptar y otros que no nos gustan. Una parte del problema es nuestra sociedad de consumismo. Cuando vamos a una tienda siempre tenemos que decir, "este me gusta, pero el otro no." Podemos acercarnos a Jesús con una mentalidad de consumismo. "Jesús, acepto esta parte de tu enseñanza, pero esta parte no."

Hay personas que dicen, "Yo he trabajado duro para mi dinero. Puedo gastarlo como yo quiero." O dicen, "Es mi cuerpo. Lo usaré en la forma que me gusta." Hermanos el dinero no es tuyo o mió. Este cuerpo no es mío. Pertenece a Jesús.

Hay personas que no pueden aceptar la enseñanza de Jesús sobre la fecundidad en el matrimonio, que todo acto debe tener al menos la apertura a la vida y que no debemos poner ningún obstáculo como el condón o la píldora. A veces los que no aceptan esta doctrina dicen, "La iglesia no debe de estar en nuestro dormitorio." Hermanos, quiero aclarar algo. En primer lugar yo nunca he estado en el dormitorio de ninguna pareja--excepto cuando doy la bendición de una casa. No quiero estar en ningún dormitorio. Pero Jesús, sí, debe de estar en su dormitorio. Lo invitaron en el día de su boda. Jesús quiere reinar sobre todo aspecto de su vida, especialmente la relación entre los esposos. Solo con el obtendrán paz en su matrimonio y familia.

Una vez aprendí esta forma de examinar la consciencia. Al final del día preguntar, ¿Que cosas he hecho hoy junto con Jesús? Luego, ¿Que cosas hice por mi propia cuenta? Cuando llamé a alguien que se sentía solo, Jesús estaba actuando conmigo y por mí. Pero, más tarde, estaba preocupado con mis propios asuntos y no escuché a la otra persona, pues, tengo que admitir estaba actuando por mi propia cuenta. Nuestra vida es una lucha para dejar que Jesús siempre tome más y más autoridad en nuestro corazón.

Hay una forma suprema en que reconocemos la autoridad de Jesús. Es lo que hacemos ahora, nuestra participación en la santa misa. El santo padre escribió una carta apostólica (Dies Domini) sobre la importancia del culto dominical. La misa del domingo es una obligación. Uno siempre puede pensar en un motivo para no ir a la misa. "No me gustan algunas personas que están en el templo." O "Tengo cansancio." Es interesante como las mismas personas que se levantan a las 6 de la mañana para ganar dinero, no pueden levantarse el día domingo para pagar la deuda al Creador. Pero la misa es en gran acto de servicio al Rey. Nos unimos a el que reina, sentado a la derecha del Padre.

Este domingo, el domingo de la ascensión, quisiéramos reconocer la autoridad de Jesús. Ascendió al cielo y está a la derecha del Padre. Ponemos nuestra vida bajo el y recibiremos la salvación.

De los Archivos (Ascension del Senor):

2011: El Centro Personal
2010: Desaparecerse vs. Salir
2009: Lo Que Significa Adios
2008: Citas Para la Ascencion
2007: Separación de Iglesia y Estado
2006: El Que Crea y Se Bautize
2005: Allá Está la Acción
2004: Perdón - En Su Nombre
2003: ¿Que Quiere Decir Eso de Que "Subió"?
2002: Camino a la Verdadera Patria (Ascensión y Día de la Madre)
2001: Sumisión a Jesús
1999: La Autoridad de Jesús

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