Esclavos y Amigos de Jesus

Para no malentender el evangelio de hoy tenemos que reconocer un cambio en nuestra sociedad - al menos la sociedad aquí en los Estados Unidos. Seguro que Uds. han notado que muchas veces la gente aquí es muy confianzuda. Por ejemplo, si voy al banco para depositar un cheque, la jovencita que está trabajando allá puede ver mi nombre: Father Phillip Bloom. Al terminar la transación me dice, "Have a good day, Phillip!" La miro. Es tan joven que pudiera ser mi hija, casi mi nieta. Quiero corregirle, "Favor, no me llames 'Phillip,' sino 'Father Bloom.'" Pero no quiero causar un escandalo. Solamente digo, "gracias," y me voy.

En nuestra sociedad confianzuda hay una palabra importante que ha perdido su valor. Es la palabra central del evangelio de hoy: amigo. A veces la usamos para personas que no conocemos y que realmente no nos importan. Por ejemplo, el presidente Clinton dice que el Primer Ministro de Canadá es su "buen amigo." Nunca han tenido una conversación íntima y seguro que después de salir de la casa blanca no lo va a visitar, pero son "buenos amigos."

Podemos perdonar el mal uso de la palabra "amigo" en el mundo político, pero debemos resistirlo en cosas más importantes. Para entender el evangelio de hoy tenemos que preguntarnos, ¿Que realmente significa ser amigo? Jesús mismo hace un contraste entre "amigo" y otra palabra "siervo" o "esclavo."

"Ya no los llamo siervos."

En griego la palabra es "doulos." No es una persona que trabaja por otro durante el día y en la noche regresa a su propia casa. El "doulos" vive con su amo, pertenece a él y en efecto es su propiedad. La traducción más exacta es "esclavo," pero no en un sentido de degradación. Sin embargo el esclavo tiene que hacer la voluntad de su amo - y, como dice Jesús, a pesar de no entender toda orden.

Para ser honesto, ser esclavo de Jesús ya es una cosa grande. Pero hay más y no debemos evitarlo con una falsa humilidad. Jesús nos dice algo increible, "ahora los llamo amigos."

¿Que significa ser amigo de Jesús? El mismo nos da la clave: "les he dado a conocer todo lo que he oido a mi Padre." Es decir, somos sus amigos cuando escuchamos sus enseñanzas.

Cuando regresé del Perú hace seis años, tomé el tren de Nueva York a Seattle. Tenía un libro conmigo, el Catecismo de la Iglesia Católica. Contiene las enseñanza de Jesús para nosotros hoy en día. En momentos de no mirar el paisaje, leía el Catecismo. Fue una experiencia de intimidad con Jesús, de escuchar todo lo que él ha oido a su Padre.

En el Catecismo hay enseñanzas dificiles. Un verdadero amigo no solamente camina al lado de uno, sino trata de proteger de los peligros. Por ejemplo, Jesús le dice al joven, No convivir antes de casarte. Lo dice porque quiere protegerlo del daño - emocional, física y sobre todo espiritual. Jesús es un amigo verdadero que siempre piensa en nuestro bien.

Un santo del primer siglo de la iglesia muestra esta confianza en Jesús. San Policarpio fue arestado por los romanos. El consul romano trato de convencerle a renunciar a Jesús para salvar su propia vida. "Mira," le dijo, "Vd. es un hombre ya anciano. Para evitar ser quemado vivo solo hay que maldecir a Cristo."

Policarpio respondio, "Por 86 años he conocido a Jesús y nunca me ha hecho ningún daño. ¿Como ahora voy a maldecirlo?" Jesús realmente es un amigo que solo puede hacernos el bien, nunca el mal.

Este domingo él nos invita, primero ser sus esclavos, obedeciendolo en todo, y después llegar a la gran dignidad de ser amigos de Jesús mismo.

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