Mensaje: En Jesús tenemos una profunda relación espiritual y física con Dios y entre nosotros. Es bueno que anhelemos volver a estar juntos.

Comienzo con una disculpa por lo de anoche. El sonido era tan malo que la mayoría de la gente se rindió. Agradezco a los que nos están dando una segunda oportunidad esta noche.

En esta transmisión en vivo, las personas pueden dejar comentarios. Muchos dijeron, "no puedo escuchar", "el sonido no funciona". Otros comentaron cuánto anhelan que volvamos a estar juntos en nuestra iglesia. ¡Amén!

El cristianismo no es solo una religión espiritual. También estamos inextricablemente unidos a la materia. El cristianismo se trata de Dios encarnándose. Jesús no solo es Dios verdadero, también es hombre verdadero. En la cruz, Dios realmente sufrió. Hace siglos habia un grupo llamado los gnósticos que imaginaban que Jesus solo parecía sufrir. Mentira! Jesus sufrió dolor físico. Al final con un fuerte grito nos dio su espíritu. Murió como todos los humanos deben morir.

Hay mas: Como escuchamos esta noche, después de su muerte, un soldado le atravesó el costado. La sangre y el agua fluyeron. La sangre y el agua indican nuestra inmersión física en Jesús. En el bautismo tenemos agua derramada sobre nosotros. En la misa bebemos la verdadera sangre de Jesús. El cristianismo es una religión descaradamente física. Alguien puede ser un buen budista aprendiendo a meditar. Los cristianos también practican la meditación, pero necesitamos algo más: inmersión física en Cristo a través de los sacramentos. En el Cuerpo de Cristo, usted y yo tenemos una unión física y espiritual. Lo veremos sobre todo en Pascua cuando celebremos la resurrección corporal de Jesús.

Entonces, es bueno que tengas ese deseo, ese anhelo de reunirte aquí en esta iglesia con tus hermanos y hermanas. Podemos unirnos físicamente a nuestras manos, pero compartimos una profunda unión física en los sacramentos que compartimos, especialmente la sangre y el agua que fluye del lado de Jesús.

El hecho de tener una relación material con Jesús se vincula con lo que el Papa Francisco observó el Domingo de Ramos: Dios nos salva al servirnos. El Domingo de Ramos escuchamos que en Jesús Dios se humilló tomando la forma de siervo. Anoche vimos cómo Dios en Jesús lava los pies de los discípulos. Esta noche tenemos el poema de poder del Siervo Sufriente: un hombre sufriente soporta nuestras enfermedades y toma nuestros pecados sobre sí mismo. Dios nos salva al servirnos.

Ese servicio, como descubriremos mañana por la noche, no termina con la tumba. Solo comienza allí. En Jesús tenemos una profunda relación espiritual y física con Dios y entre nosotros. Es bueno que anhelemos volver a estar juntos. Lo mejor está por venir. Amén.

***********